sábado, 15 de septiembre de 2007

una mañana de tantas

Con nuevos horizontes en los sueños despierto, abro un ojo y bajo un pie* es inevitable levantarme con el pie izquierdo que me indica el camino a encontrarme con el café matutino que nos insita a salir al mundo: corbata y saco, zapatos impecables, portafolio en mano y enciende el motor del auto; jeans,diadema, anteojos, pulseras multicolores, morral, sandalias y emprendo la huida laboral.
Los gustos siempre varios, no podemos escondernos uno del otro; la noche de anoche -pienso y él esquiva la mirada y me dice que se hace tarde, apenas unas palabras y la despedida casi obligada con el dejo de no me vuelvas a buscar pero nunca lo cumplimos…
Él sabe de mis ganas de estar y no estar… y yo sé de sus ganas de huir y de quedarse.

Y es el pie izquierdo mi guía de todas las mañanas...
*los arquis que hicieron estos apartamentos nunca se tomaron la molestia de “predecir” con qué pie tendría que levantarme a diario…

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