Complementando las noches de insomnio, abro el libro en la página que me quedé…
“parís-buenos aires…” juego a la rayuela
Descorcho una botella de tinto, cierro el libro y contemplo a través de la ventana el llanto que el cielo nos comparte; son las 3:48 am, suena el teléfono, levanto el auricular y escucho su respiración…
el pacto silencioso a punto de romper, pero no dije nada y me sonreí
nuestros silencios dicen lo que a las palabras les prohibimos
después de todo “yo también extraño”
*YOdespuesdeunanochelluviosa
2 comentarios:
Ouh...
Todos, de alguna forma, tenmos conciencia...solo para lamentar la ausencia de otros...
bien lo dicen lo que no decimos es más fuerte que nuestras propias palabras.
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