Esto de trabajar para algunos que indudablemente nos los acomodan – o nos les acomodamos- ha resultado muy peligroso, a dos días de comenzar esta nueva aventura en figura de festival- figura me lo imagino, nombre tiene, forma nomás no la encuentro- es a estas alturas un suicidio colectivo, menos mal porque con el “nahual” a punto de emerger de mis pupilas, dispuesta a asesinar a mis superiores – a dos, nada más a dos- y con el tumulto de gente que solo sirve para estorbar mover itinerarios, cambios planeados pero que olvidaron consultarme y decidieron por mí, cambios planeados que chinchin y se las regreso, este viaje al mágico mundo del festival generador de histerias está colaborando con mi descontrol mental.
Lo que hace una* para tragar, vestir, calzar y medio vivir.. si todo fuera tan simple lo haría más complicado, pero ahora que están complicando las cosas por el mero gusto de hacerlo, el cosmos, los dioses y estos jijos de la chingada me la están armando bien y bonita…cómo extraño mi festival, mis niños, mis maestras histéricas- que son otra historia-.
Ahora con planes de cultivar a la sociedad tapatía me he instalado en la boca de un marciano porque otro mundo nos vista...
Venga diviértase, tome una cerveza – o dos-, pasee con sus hijos, traiga al perro, a la suegra, al vecino enfadoso.. pero visítennos…
* YO con cara de desesperanza
1 comentario:
cuantas veces me habré yo encontrado ensimilar situación... con ganas de suicidar a más de uno. La verdad es que esta vida de trabajo por la cultura se ace por amor a la "patria" como diría mi abuelo. Entiendase patria como lo que uno ama. unbeso y suerte para ti también
Publicar un comentario